"Seamos realistas; pidamos lo imposible"
Che Guevara

jueves, 29 de julio de 2010

LAS HUESTES DE THINAR

"El ciervo blanco en campo de gules del famoso Sir Calavher Eryl, el “Caballero Blanco”, ondeaba junto a los cinco soles de Sir Orhomec de Luvhiran, la doncella desnuda de Sir Francis Maiden, las barras rojas y blancas de Sir Andrew de Caravinia, el sabueso de Sir Ayrton “Rapabarbas” Blackstone, los dos leones blancos en campo de sable de Sir Dustin Löwe, las tres dagas de Sir Egbert Kurzschwert, el búho de Sir Ellery Euler, las bailarinas de Sir Branderis Fortenord, la serpiente de sinople sobre campo de oro de Sir Abelard de Torreblanca, el lobo de sable en campo de gules de Sir Alix Grategrand, el embrazado dorado y gules de Sir Kraedhil Laars, los grifos rampantes enfrentados en campo de plata de Sir Alberic “ Ojogrís” Lineland, la campana de Sir Trevor Darevonn, las cuatro cabezas de sierpe en campo azur de Sir Marc de Las Cuevas, el cuartelado amarillo y azur de Sir Hector de Obbermind, la banda de oro cargada con cotiza de negro de Sir Asil de Fabbies, la luna y la doncella sobre campo de sinople de Sir Tryemond Koller, las doce gaviotas blancas en sotuer sobre campo de azur de Sir Tuomas de Wolff, el castillo dorado de Sir Feolir de Wower, las estrellas de Sir Pableck Hayton … y muchos más.
[...]
De súbito, muchos cuernos retumbaron en la parte más alta de la cañada, y trompetas de plata les respondieron más abajo, levantando ecos que vibraron con majestuosidad en el claro día. Una columna de jinetes avanzaba al trote por la orilla, levantando salpicaduras de agua y cieno a su paso. Serían cerca de veinte hombres, todos ataviados con cotas de mallas y petos relucientes, y a su cabeza montaba una figura rebosante de grandeza, con un yelmo abierto de acero labrado y una capa de seda blanca que ondeaba a su espalda, como un leve susurro de primavera, agitada por la brisa. Unos espesos bigotes rojos le cubrían el labio superior a aquel hombre, y en sus ojos oscuros brillaba un fuego temible.
- ¡Abrid paso a Ivhalon, Señor de Galrhaen, Duque de las Llanuras!- gritaba uno de los jinetes, el que portaba el estandarte. Un orgulloso unicornio dorado era batido por el viento en lo alto de la lanza-. ¡Abrid paso al Primer Capitán!"

Capítulo X-Parte II-El Poema de los Cuervos-By me

No hay comentarios:

Publicar un comentario