"Seamos realistas; pidamos lo imposible"
Che Guevara

sábado, 24 de abril de 2010

De la imposición de la democracia

El último estallido le había dejado aturdido... Por la cara le bajaba algo caliente...líquido... ¿sangre?¿su sangre?
Trató de respirar.
Le faltaba el aire... Buscó tientas el rifle. Tanteó, sordo, casi ciego... al fin aferró algo, y casi sin pensar disparó. Disparó sin ver, a la oscuridad, al frente, al cielo... Le faltaba el aire.
Otra explosión.
La luz llenó sus ojos, y la sangre. Luego comenzó a vislumbrar formas en la calle... hombres corriendo, hombres disparando, hombres muertos... sus compañeros muertos.
De súbito, gritos, voces llamando en un idioma que no entendía, y otras que sí reconocía, de rabia y miedo.
Trató de pedir ayuda... La sangre le bajaba por la garganta y le inundaba los pulmones. Su voz quedó ahogada...


Dos semanas después, al otro lado del Atlántico, una madre recibió una bandera y una medalla. Dios bendiga América.

miércoles, 14 de abril de 2010

EL AMOR DE LA IGLESIA

Las llamas lamieron su piel, lenguas insaciables, largas cintas brillantes hambrientas de vida. Miedo. No, más bien pánico... o terror. Sí, algo parecido a aquello fue lo que sintió cuando el fuego acarició sus pies, todo mezclado con un dolor lacerante que no cesaba... Rezó; o trató de hacerlo. De sus labios temblorosos, mezclada con chillidos histéricos y aullidos desgarrados, salió a trompicones una plegaria. Oró al Dios cuya sentencia la condenaba, y por encima del chisporroteo de la hoguera al abrasar la propia carne y por encima del clamor de la lluvia elevó sus palabras, una tras otra, entecortadas y avivadas por la deseperación más absoluta.
Un sacerdote se santiguaba y murmuraba sus propias palabras, pidiendo por la alma maldita de la bruja condenada. El gobernador atendía impasible a la escena mientras su mujer se tapaba los ojos para no mirar y se llevaba al pecho las manos. Hombres y mujeres contemplaban el trabajo purificador de la llamas.
...
"Esto- dijo alguien- es piedad"