"Seamos realistas; pidamos lo imposible"
Che Guevara

lunes, 21 de diciembre de 2009

Un reino viejo - La caída del Norte

Hevren picó espuelas y se adelantó, trotando colina arriba. Luego, al llegar a la cima, se detuvo para esperarlos, erguido sobre la silla, con los cabellos al viento. Una lluvia fina y fría caía de lado sobre las lomas verdes.
Bajaron en silencio por un camino de tierra convertido en barrizal, y recorrieron una playa de arenas blancas mientras las olas lamían la orilla y los cascos de los caballos. Nadie habló entonces, ni tampoco más tarde, cuando remontaron un suave repecho rocoso para ir a dar a una extensión de piedras negras que llegaba hasta el risco en que se elevaba Hagglevat. Algunos postes machados de hollín y sal surgían del suelo, testigos silenciosos de un pasado sombrío, y las gaviotas chillaban en lo alto, ruidosas, describiendo círculos sobre unos escollos cercanos. En la lejanía rugió un trueno.
La vieja fortaleza se alzaba en lo alto de una peña cubierta de húmeda hierba, con las torres en ruinas destacando contra el cielo gris de la mañana tempestuosa. No era especialmente grande, los muros estaban medio derruidos y las enredaderas se abrazaban a la piedra desnuda; sin embargo, algo existía en aquel lugar que helaba la sangre en las venas, una sensación que aumentaba a medida que iban ascendiendo por el sendero que serpenteaba hasta las puertas del rey Crannon.
Otro trueno sacudió cielo y tierra con su bramido, y luego la lluvia cayó con más fuerza, mientras el océano embravecido pugnaba, feroz, contra los adustos acantilados.

1 comentario:

  1. lol
    mientras leia la ciudad em recordaba a Osgiliath lol

    muy tuyo^^

    ya sabes, me gusta, pero mi estilo es menos...relamido jajaja^^

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