Las llamas lamieron su piel, lenguas insaciables, largas cintas brillantes hambrientas de vida. Miedo. No, más bien pánico... o terror. Sí, algo parecido a aquello fue lo que sintió cuando el fuego acarició sus pies, todo mezclado con un dolor lacerante que no cesaba... Rezó; o trató de hacerlo. De sus labios temblorosos, mezclada con chillidos histéricos y aullidos desgarrados, salió a trompicones una plegaria. Oró al Dios cuya sentencia la condenaba, y por encima del chisporroteo de la hoguera al abrasar la propia carne y por encima del clamor de la lluvia elevó sus palabras, una tras otra, entecortadas y avivadas por la deseperación más absoluta.
Un sacerdote se santiguaba y murmuraba sus propias palabras, pidiendo por la alma maldita de la bruja condenada. El gobernador atendía impasible a la escena mientras su mujer se tapaba los ojos para no mirar y se llevaba al pecho las manos. Hombres y mujeres contemplaban el trabajo purificador de la llamas.
...
"Esto- dijo alguien- es piedad"
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...lovely...
ResponderEliminar????
Me recuerda a lo de padre de familia:
ResponderEliminar-(profesor)UUmmm, una chica que sabe hacer operaciones matemáticas... ya sabéis porque es no? Porque es una bruja!!
- (todos)Ohh! bruja! bruja! (mientras la tiran piedras...